En el corazón de toda adicción late un profundo anhelo de conexión
con nuestra verdadera fuente de nutrición.
Si, en vez de seguir ciegamente estos impulsos,
elegimos ver con claridad lo que esconden,
abrimos una puerta hacia el mundo real,
del que nos separamos buscando donde nunca encontraremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario