Desde la perspectiva de la práctica de la Atención Plena o Mindfulness compartimos y practicamos la necesidad de una comunicación real y auténtica.
La escucha empática y la presencia plena en el momento presente nos abre a una recepción real de lo que escuchamos.
Al expresarnos, dejamos de lado los juicios y nos referimos a lo que experimentamos, sentimos y queremos pedir ahora. Una comunicación que, al hacernos conectar con la raíz de nuestras emociones, nos capacita para asumir la responsabilidad de nuestra vida.
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