Amanecer

Amanecer

jueves, 1 de noviembre de 2012

Conectar con nuestro cuerpo



Práctica

 Cuando no nos conectamos con lo que pasa en el cuerpo, al segundo siguiente comenzamos a intelectualizar nuestra experiencia, lo cual nos puede traer mucho sufrimiento. Por ejemplo, en un momento podemos reconocer que sentimos ansiedad. Si no nos detenemos a sentir esta ansiedad en el cuerpo, empezamos a pensar, por ejemplo, que las cosas no están funcionando bien, que no estamos donde queremos estar, que las cosas deberían ser distintas, que nunca nadie nos ha dado lo que necesitamos, que nuestra vida es insuficiente y que por lo tanto las cosas no tienen sentido.

Esta misma secuencia de pensamientos perpetúa la sensación corporal de ansiedad que lo gatilló en un principio. Pero si en cambio reconocemos que sentimos ansiedad, y en lugar de darle rienda suelta al pensamiento, nos detenemos a sentir cómo se siente la ansiedad en el cuerpo, tal vez reconozcamos sensaciones tales como calor en las piernas, movimiento en el estómago, presión en la cabeza, o lo que sea que sintamos.

La sensación no es el pensamiento de que "la vida no tiene sentido". La sensación es una sensación, que por su naturaleza aparece y desaparece, inevitablemente. Como dice el profesor de meditación S.N. Goenka, "no hay picazón que dure una eternidad". Entonces, lo que antes nos podría haber tomado un par de horas o incluso días de actividad y malestar mental, ahora nos toma el tiempo en que la sensación dure. Incluso si la sensación de ansiedad continúa estando con nosotros por un largo tiempo, sabemos que es sólo una sensación, y no una realidad absoluta. 
Durante esta semana la invitación es a estar en el cuerpo, dentro del cuerpo, e intentar sentirlo desde ese espacio y no desde una idea mental de lo que es. Cuando vayas caminando, siente las sensaciones de tu cuerpo al caminar. Cuando estés confundido/a, siente lo que tu cuerpo siente en lugar de involucrarte inmediatamente con la serie de pensamientos que en ese momento te sobrepasan y no te llevan a ningún lugar. Cuando sientas tristeza, siente las sensaciones de tu tristeza en el cuerpo. Cuando sientas un deseo por comer en exceso, agredir a alguien, hablar mal de otra persona, siente cómo son esas sensaciones en el cuerpo. En lugar de reaccionar inmediatamente, focalízate en el cuerpo. ¿Qué está sucediendo en este nivel?

 Intenta darle un espacio consciente a este nivel de tu experiencia, en lo que sea que estés haciendo. Si por ejemplo estás en una situación social, incluso si no es apropiado expresar lo que realmente te sucede en el cuerpo, dale un espacio en silencio, observa las sensaciones y deja que naturalmente se vayan. No hay sensaciones correctas ni sensaciones incorrectas. Sea cual sea la sensación que surja en tu cuerpo, observa cómo aparece y cómo naturalmente se va, sin emitir juicio, sin tratar de encontrar una explicación inmediata de por qué sientes lo que sientes. Confía en que no existe ninguna experiencia que dure para siempre. Que toda sensación, por muy desagradable o agradable que sea, desaparecerá en algún momento. Practica la paciencia. Si sientes algo desagradable, tu lucha contra ello no te ayudará a que se vaya más rápido, sino que todo lo contrario. Si sientes algo placentero, tu apego por que se quede y tu miedo porque deje de existir tampoco te ayudará a que eso suceda, y te impedirá disfrutarlo.

Red Mindfulness (www.redmindfulness.org)
 

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