Amanecer

Amanecer

martes, 19 de junio de 2012

La búsqueda cesa


"Traer la atención a este instante,
me permite apreciar cada detalle de mi existencia.
 Y la  búsqueda cesa:
  descubro, por fin, cómo la Vida me llena,
cómo me sostiene incondicionalmente
 sin que yo tenga más que descansar en ella."

Dora Gil

lunes, 4 de junio de 2012

Detenernos




El mayor avance es detenerse



“El futuro aun no ha llegado, pero pensamos en él y nos preocupamos, y nos sentimos asustados. No somos capaces de residir en el momento presente donde está la vida. La vida y sus muchas maravillas están disponibles dentro de ti y a tu alrededor... No lo olvides, estás a tres respiraciones de distancia de ti mismo”.

(Thich Nhat Hanh)


Reflexión

Antes de que continúes leyendo: ¿Puedes observar con una atención gentil cómo estás respirando en este instante? ¿Cuál es la postura corporal en la que te encuentras? ¿Puedes observar también por algunos segundos el lugar en el que te encuentras? Toma conciencia de ti mismo o de ti misma sin buscar conseguir nada en especial más que estar presente en el lugar en que te encuentres.


Entrar en contacto con la experiencia del momento presente, retornando la atención a la respiración, a las sensaciones corporales y al entorno que nos rodea es una capacidad que todos tenemos, aunque a veces la pongamos poco en práctica, cada uno de nosotros puede decidir retornar al propio hogar, detenernos de la vorágine de los pensamientos para apreciar la vida que se manifiesta a cada instante, la que está transcurriendo en el ahora.


Detenerse es sinónimo de no seguir haciendo lo mismo que hemos estado haciendo durante semanas, meses o años, continuar actuando en piloto automático, sino más bien es la acción de traer la propia consciencia al instante. Detenerse es una invitación que siempre tenemos a la mano para dejar por un momento la acción estereotipada y retornar a nosotros mismos, integrando la atención con la respiración, las sensaciones y el entorno, uniendo mente y cuerpo.


"El mayor avance es detenerse" es una sentencia paradójica. Mientras más energía se invierte en buscar el desarrollo, corremos el riesgo de separar medios de fines, es decir, trabajando por alcanzar la meta de un futuro más próspero, corremos el riesgo de no prestarle atención a la fuente de bienestar que está siempre a nuestro lado, el momento presente.


Hemos aprendido y en parte estamos habituados a creer que para resolver problemas tenemos primero que encontrar las respuestas en nuestros pensamientos “Dándole vuelta al asunto” pensando y buscando soluciones, lo cual puede estar muy bien para algunas situaciones puntuales o para un problema matemático o una inquietud teórica, sin embargo, suele ocurrir que podemos gastar mucho tiempo y energía pensando sin llegar a ninguna conclusión, e incluso puede ocurrir que los pensamiento exacerbados puedan transformarse en una “rumiación mental” que no sólo no resuelve la dificultad, sino que se vuelve parte del problema.


La práctica de la atención plena es una continua invitación a retornar al propio hogar, observando el continuo flujo de la experiencia y no dejándonos arrastrar por el tropel de pensamientos. Observando los propios pensamientos, y volviendo a la experiencia presente podemos reconocer la transitoriedad de los pensamientos y lo alejado que pueden estar de los hechos, como alguna vez lo mencionó Mark Twain: "Lo peor de mi vida... nunca ocurrió".


La práctica del detenerse es sinónimo de observar con atención dónde y cómo estamos, dejando por un momento de lado los anhelos y deseos de progreso. Detener los anhelos, sean cuales sean estos, y entrar en contacto con quienes estamos siendo puede ser una experiencia de libertad, en la que dejamos por un momento las exigencias y nos dejamos sostener.


En una sociedad capitalista, orientada al consumo y al individualismo, que tiene como ideal el desarrollo a toda costa, puede parecernos natural e incuestionable el valor del crecimiento. Sin embargo, es valioso preguntarnos: ¿hacia dónde estamos creciendo? y ¿Cuál es el costo? Si no nos detenemos a revisar este valor podemos apriori connotarlo positivamente, sin siquiera cuestionar de qué desarrollo estamos hablando. Si no estamos conscientes, podemos entrar fácilmente en la competencia de ser más desarrollados, lo cual contempla a lo menos dos riesgos significativos:



1) La Ilusión de alcanzar en algún momento el desarrollo prometido: Se puede comenzar una carrera de nunca acabar, como el horizonte que en la medida que nos acercamos también se va desplazando, trabajar buscando alcanzar el desarrollo es buscar alcanzar algo que no está nunca presente o que siempre es una aspiración, lo cual puede ser una continua fuente de insatisfacción y frustración.

2) Perdernos el bienestar del momento presente: Un segundo riesgo asociado al anterior es que en la búsqueda del desarrollo y crecimiento, podemos pasar por alto el bienestar que ya tenemos y la abundancia que está en el momento presente, una abundancia que puede fácilmente pasar desapercibida si estamos demasiado preocupados del pasado o futuro, podemos no reconocerla si no realizamos el gesto de detenernos para prestarle atención.



Dejar por un momento de lado los anhelos y permitimos abrirnos a las innumerables riquezas que disponemos día a día es algo que está al alcance de todos, a modo de ejemplo, algunas de las muchas cosas que podemos disfrutar en el momento presente: Respirar y hacerlo con tranquilidad, estar y sentirnos vivos, tener conciencia de nuestros sentidos que nos permiten entrar en contacto con el mundo, poder ver, oír, palpar, degustar, etc., tener personas a las cuales queremos y que nos quieren, familiares, amigos, etc.

Si no nos detenemos, lo valioso de la vida se nos puede estar pasando por alto.



Detener el piloto automático, respirar, permitirnos entrar en contacto con el milagro del momento presente, es un gesto de profunda libertad y entereza que puede transformar la propia vida y la de quienes nos rodean.


Práctica

Más que una actividad puntual, durante esta semana te invitamos a que puedas observarte a ti misma, a ti mismo, e ir reconociendo si en algún momento del día estás actuando en “piloto automático”. Sin juzgarte o a buscar cambiar de manera radical la situación, puedes aprovechar de observar con gentileza y simplemente volver tu atención hacia tu experiencia presente, tu respiración, las sensaciones de tu cuerpo y tu entorno.



Recordando que estamos a tres respiraciones de distancia de nosotros mismos, puedes esta semana estar atenta o atento a tu capacidad de detenerte, cuando lo recuerdes puedes simplemente observar con atención tu experiencia presente y abrirte a los aspectos nutritivos del momento presente. Puedes también utilizar algunos recordatorios que te sirvan como recordatorios de volver al presente, por ejemplo, puedes poner algunas notas en tu hogar o en tu lugar de trabajo que te inviten a detenerte, cuando manejes o estés en la calle puedes aprovechar los discos "pare", no sólo para detener la velocidad del vehículo, sino que también para detener tu propio ritmo y volver a estar más consciente, o puedes buscar cualquier señal que tengas a mano y que esté dentro de tus posibilidades que te ayude a conectarte con tu precioso momento presente.



¡Que tengas buena práctica!

De    www.redmindfulness.org




domingo, 3 de junio de 2012

El amor es nuestra naturaleza


“No hay nada que podamos hacer  para conseguir el amor.
El amor es nuestra naturaleza, nuestra verdadera esencia.
A medida que vamos haciéndonos conscientes
de todos los patrones mentales
de sufrimiento y separación ,apegos, adicciones...
 y los vamos soltando,
el Amor, que siempre ha estado ahí,
simplemente emerge y se manifiesta.”