Amanecer

Amanecer

sábado, 1 de octubre de 2016

"¿Tienes la paciencia de aguardar
a que tu fango se decante y el agua sea clara?
¿Puedes permanecer inmóvil
hasta que la acción justa aflore por sí misma?"

TAO TE CHING




Siempre me han fascinado estas frases y estos meses me inspiran profundamente.
Después de varios años plenos de actividades (cursos, charlas, retiros, jornadas...) además de mi dedicación a la terapia,
apareció una intensa necesidad de silencio.
Intimidad, escucha y conexión con mi naturaleza profunda y espontánea.
Aunque aflorando de mi Corazón, el "hacer" estaba tomando un cariz de "necesidad" que no sintonizaba con el fluir natural de la fuente del que brota.
Esta sintonía, como sabéis, es vital para mi.
Así que, desoyendo las voces del supuesto "deber",
fui descendiendo mi ritmo de trabajo en grupo desde mayo.
No ha sido fácil, sinceramente, sobre todo cuando muchos de vosotros me preguntábais por las próximas actividades y una parte de mi quería precipitarse a responder con nuevas iniciativas.
Sabía que era momento de pausa, esa espiración del alma que luego se detiene en el vacío hasta que, naturalmente, llega la nueva inspiración.
La pequeña mente se precipita: ¿Cuándo, cuándo...?
Y la única respuesta es...Silencio.
Contemplar esa inquietud que se despierta, la impaciencia, la indefinición, el no-saber...

He seguido, eso sí, manteniendo mis sesiones de terapia transpersonal que, para mi, son una respiración para el  alma y un privilegio exquisito.
Curiosamente, han aumentado durante el verano  y también es verdad que la mayor dedicación  a ellas me ha dejado poco tiempo  para enfocarme en iniciativas de grupo.
El espacio del que dispongo lo dedico cada vez más a aquietarme, al silencio, a "no hacer nada".
Y está siendo una experiencia muy intensa y plena de descubrimientos que me devuelve a la paz de ser lo que soy.

Poco a poco, el anhelo de seguir extendiéndome se expresa.
Hay, sin embargo, uno aún mucho más fuerte:
Permitir que sea el Corazón, ese espacio abierto, luminoso y lleno de amor que somos, el protagonista de nuestros encuentros.
En realidad, así ha sido y así seguirá siendo.
Pero hay momentos en que la Transparencia nos invita a dejar que "se decante el fango y el agua sea clara", cada vez más clara y al servicio de la Claridad.

Los encuentros irán surgiendo poco a poco,
desde el ritmo y la cadencia de ese Corazón
que no quiere perderse en el hacer,
sino mantenerse arraigado en el SER.
Surgidas de él, las acciones siempre son "justas", como decía el párrafo del I CHING.
Gracias  a todos por estar ahí,
por todo lo que compartimos cuando nos encontramos
y por el silencio que nos une en la quietud.